En la pasada Keynote de presentación de los nuevos iPads y el iMac con pantalla retina un nuevo detalle no fue nombrado por Tim Cook, el nuevo iPad Air 2 con conexión Wifi + Cellular incluye preinstalada una tarjeta «SIM Blanca», la Apple SIM, que permite al usuario elegir el operador para la conexión de datos desde su propio dispositivo. Éste chip sólo está disponible para los iPad Air 2 comprados en Estados Unidos y Reino Unido, lugares donde se ha podido llegar a un acuerdo con los operadores para ofertar al cliente cambiar su plan de datos según le convenga en cada momento. En cambio la SIM Blanca no ha podido aterrizar en el mercado Europeo debido a la legislación existente, que impide a Apple este modelo de negocio sin ser operador de telefonía móvil. Recientemente la compañía de Cupertino ha implementado y comenzado la andadura en el mercado de los pago móviles con Apple Pay y no es descabellado pensar que Apple tenga la mira puesta en controlar también el mercado de la telefonía móvil a lo largo del mundo.
¿Qué es la ‘SIM Blanca’?
Apple no se pronunció al respecto y muchos usuarios que están recibiendo su iPad Air 2 Wifi + Cellular, han descubierto que en el interior de la bandeja SIM del dispositivo ya se encuentra una tarjeta, la Apple SIM. Ésta SIM permite a los residentes de EEUU y UK elegir el plan de datos móviles que quieren usar junto a su iPad, de modo que pueden cambiar entre uno y otro según se adapte más o menos su tarifa. En el caso de Estados Unidos, Apple llegó a un acuerdo antes del lanzamiento con tres grandes operadoras como AT&T, T-Mobile y Sprint, mientras que en el Reino Unido el acuerdo se ha establecido con la operadora Everything Everywhere (EE). De este modo la compañía de la manzana mordida media entre el cliente y los operadores en la elección de la tarifa de datos, conlleva a no tener un contrato de permanencia y es más que posible que se lleve una comisión por parte de las operadoras en la elección de un plan u otro por el usuario.
¿Qué pasa en Europa con la Apple SIM?
Los iPad que adquieren los usuarios en el continente europeo (excepto en Reino Unido), no vienen con la ‘SIM Blanca’ preinstalada, esto se debe a la falta de acuerdo con las operadoras y el marco jurídico-legal existente en el continente. Si Apple quiere obtener un beneficio de ésta estrategia deberá tener licencia de operador de telefonía que tendría que solicitar a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), mientras que si Apple quiere ser una intermediaria entre el cliente, la operadora y no obtener ningún beneficio en la operación si podrá hacer uso de la Apple SIM en la Unión Europea.
La decisión de no incluir este chip en los iPad comprados en Europa hace pensar que Apple no ha podido llegar a un acuerdo con las operadoras y seguramente el fin de ésta tarjeta sea el de sacar un beneficio en la operación de elección de plan de datos móviles. Para pagar el plan de datos se podría usar Apple Pay o simplemente a través de nuestra ID de Apple, como ocurre con la música, películas y aplicaciones, con la consiguiente comisión que se quedaría en las arcas de la compañía. O bien Apple va a cobrar a las operadoras de telefonía por el uso de su Apple SIM mediante una pequeña comisión, igual que hace ahora mismo con los bancos por el uso de Apple Pay.
¿En que beneficiará al usuario?
Los planes de Apple seguramente no se queden solo en ofrecer la Apple SIM en el iPad, sino que quizá veamos que el iPhone también pueda contener está tarjeta en un futuro. Para el usuario poder elegir entre compañías de telefonía es una gran ventaja y mucho más si no se compromete a un contrato de permanencia la elección entre una operadora u otra desde el mismo dispositivo.
Otra gran ventaja de hacer uso de una ‘SIM Blanca’ es el tema de Roaming, que aunque desaparecerá en la Unión Europea a finales de 2015, con el uso de esta tarjeta el usuario podrá elegir que operador le interesa más económicamente hablando al viajar a un país distinto al suyo.
Esto es solo el comienzo de un nuevo modelo de negocio que puede hacer que Apple controle (un poco más) el mercado de las telecomunicaciones. Aunque las operadoras no vean con buenos ojos que el cliente pueda ‘saltar’ entre compañía y compañía.
